La recuperación se escribe con 4Rs (parte 1)

Hice mi primer maratón en el 2010, en 4 horas y 16 minutos, en el 2do hice más de 5 horas, y cuando dije que me iba a tomar en serio este deporte (7 años después del 2do maratón) hice 3:46, en mi tercer maratón. No había que ser un genio para darme cuenta de que no me sobraba talento. Podía ponerle muchas ganas, mucho aguante, mucha cabeza, pero las cosas no me iban a salir porque sí.

 

Por algún motivo me quedé enganchado a este deporte, a pesar de (como ya dije) mi falta de talento. Algo en mi sabía que podía mejorar, que haciendo las cosas bien, podía expandir poco a poco mis propios límites, como de hecho ya había pasado entre el 4:16 y el 3:46. En una vida en donde cada día creo menos en la justicia, en donde hace ya mucho perdí las esperanzas de que cada uno reciba “lo que merece”, llega este deporte y te devuelve todo lo que le das.

Es verdad que no existe la justicia pura, puedes entrenar 16 semanas a conciencia, y amanecer el día de carrera con la noticia de que va a ser el día más caluroso del año, o puede ser que por los nervios, lo que has comido siempre, ese día tu cuerpo haya decidido no procesarlo bien y que no te sientas como “deberías”; pero dentro de todos esos pequeños factores, uno sabe que si ha entrenado a conciencia y ha llevado un buen plan de entrenamiento está preparado para ejecutar ese día con las condiciones que nos toque.

 

Rápidamente me di cuenta de que el entrenamiento no iba a ser suficiente, incluso cuando ya había incorporado sesiones de fortalecimiento y preparación física, me tomó 3 maratones bajar las 3:15, con un muy sufrido 3:14 en el maratón de Miami (maratón número 7).

Pero entonces el entrenamiento no era suficiente para mejorar, ¿qué más podía incorporar en mi rutina diaria? No hay duda alguna que la única forma de mejorar es entrenando más duro, pero y si estaba entrenando durísimo… ¿Qué más podía hacer?

Creo que la respuesta la descubriste hace rato, porque hoy hay MUCHA más información de la que había cuando yo empecé a correr, y hoy hasta parece ridículo no saber que, para mejorar, debemos empezar a trabajar mucho más en nuestra recuperación. Es verdad que no vas a mejorar si no entrenas más duro, pero la única forma de entrenar cada vez un poco más duro, o incluso de sumarle algunas sesiones a tu semana, es acelerar y optimizar tus periodos de recuperación.

 

Desde ya hace algunos años, así como ya era un obsesivo del running, me volví un obsesivo de la recuperación. Me encanta buscar información basada en evidencia, que me dé luces de qué cosas puedo incorporar en mi vida para acelerar y optimizar la recuperación, entre esas sin duda 2 de mis favoritas son la calidad y cantidad de sueño y la alimentación.

Casi todos los que me conocen saben que soy vegano (es lo primero que sale cuando entras a mi perfil de Instagram), lo que quizás muchos no sepan, es que mi decisión de elegir el veganismo como un estilo de vida / una filosofía / una línea ética / o como le quieras decir, fue y sigue siendo 100% por cuestiones éticas, y basado en que no es necesario hacerles daño a los animales, para que yo pueda vivida una vida “plena”.

Cuando empezó mi segunda etapa como corredor, yo ya era vegetariano, por estos motivos, pero una vez que empiezas a investigar un poco del tema, es inevitable darse cuenta de que la industria de los huevos y de los lácteos es tan o más cruel que la industria de la carne; y como ya lo dije antes, basado en que mi decisión era ética, el salto al veganismo sin duda era lo más coherente.

 

Grata fue mi sorpresa cuando empecé a realizar cambios en mi alimentación, que no solo me ayudaban a sentirme mucho menos pesado en el entrenamiento y durante el día, sino que además hacían que mi recuperación entre entrenamientos sea mucho más rápida, y que sea mucho más raro que me despierte super inflamado o adolorido incluso cuando había tenido sesiones de entrenamiento muy intensas el día anterior (o incluso si había jugado pichanga, que por ese entonces todavía existían en mi vida y que físicamente me dejaban “destruido” y hacían que mis entrenamientos sean mucho más difíciles).

 

Si ya estaba emocionado por optimizar mi recuperación, tener un cambio así, por hacer unos cambios “simples” en mi dieta, terminó de obsesionarme con el tema.

Poco a poco fui buscando alimentos y/o suplementos que vayan en esta línea; pero ahí no quedó el tema porque en mi camino se cruzó “¿por qué dormimos?” de Matthew Walker, e hizo que casi la misma obsesión que tengo con la alimentación y el performance la lleve al descanso y a las horas y calidad de sueño. Aún más cuando empecé a encontrar coincidencias, sumas y restas: como por ejemplo cómo afecta a mi calidad de sueño los alimentos que consumo, o incluso los horarios en los que los consumo; ya más adelante habrá tiempo para hablar de eso.

 

Hoy solo les quería contar sobre esta obsesión como introducción para contarles cuál es la filosofía, misión y visión que le queremos imprimir a Flooxe, y por qué es que me apasiona tanto cada producto que sacamos y ver cómo impacta en el performance: propio, de mis amigos y espero que de mucha gente más.

 

Continuará.

 

Ricardo Meza Deville

@richimd

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