¿Cómo nació Flooxe?

Hace 1 año me enteré de una noticia que cambiaría el rumbo de mi carrera.

A finales del 2021 logré entrar en la industria con la que muchos soñamos. Tuve la oportunidad de trabajar con un equipo increíble de profesionales creando efectos visuales para películas y series de HBO, Paramount, Disney y Amazon.

Fueron tiempos de mucho aprendizaje, trabajo y esfuerzo hasta mediados del 2023, cuando los sindicatos de actores y escritores de Hollywood empezaron una huelga que afectaría a muchos sectores, incluido el mío, el de los VFX. Pasamos de jornadas interminables de trabajo, a días en los que solo leíamos noticias esperando un acuerdo para que la huelga terminara. Lamentablemente, el tiempo pasó y el trabajo no pudo continuar.

Pasé de estar sentado 10 horas en una computadora trabajando a buscar cómo llenar las horas del día con actividades productivas. Empecé a caminar, a leer un poco más, a cocinar, entre otras cosas. Pero también aproveché el tiempo libre para hacer cosas que uno suele postergar, como ir al médico, quien me dio una mala noticia: aparte del sobrepeso evidente que tenía, mis indicadores en sangre no estaban muy bien. Colesterol, triglicéridos, entre otras cosas, estaban llevándome por un camino que, cuando uno es joven, nunca se imagina, pero que al verlo a los 35 años solo se puede divisar un futuro terrible.

Tenía que tomar acción y ahora se sumaba otro problema al del desempleo: cambiar mi cuerpo y mi salud de manera urgente.

Empecé a correr motivado por el miedo que me generó el médico y por la ola de gente que veía corriendo en las redes sociales.

Un día, corriendo por Madrid, se me metió una interrogante muy fuerte en la cabeza: ¿Yo, un gordo con 10 kilos de sobrepeso, podría vivir del deporte en esta vida?

La respuesta inmediata fue NO… Un deportista de élite se forma en la juventud, yo tengo 35 años y un cuerpo bastante maltratado por una vida sedentaria, pero la interrogante me siguió persiguiendo durante varios días hasta que me enfoqué en el otro problema: el Trabajo.

En mi cabeza tenía una única opción, buscar trabajo en lo que sabía hacer "Efectos visuales", pero por otro lado la huelga seguía activa y muchos indicadores acechaban un futuro poco prometedor a causa de las inteligencias artificiales que empezaban a estar en boca de todos. Mi trabajo se hacía dentro de una computadora y se entregaba de forma digital… ¿Qué certeza podría tener de que una IA no podrá reemplazarme en un futuro cercano? Menudo dilema el que me atormentaba.

Un día mientras corría, sudando como un desgraciado y pensando que bajar esos 10 kilos me tomaría más tiempo de lo que pensaba, vi a un corredor a toda velocidad acercarse en sentido contrario, parecía que iba muy rápido, parecía que rebotaba sobre el concreto como si estuviera sobre una cama elástica. De pronto veo que saca algo de su bolsillo que parece un sachet de Ketchup, lo abre, se lo toma y sigue corriendo.

Todo el camino de regreso a mi casa, solo pensaba en qué droga se estaba metiendo ese tipo para correr tan rápido.

Llegué a mi casa, abrí la computadora y empecé a investigar. Después de varias horas de búsqueda, un nuevo término se incorporó a mi vocabulario: 'Nutrición deportiva'. Estaba tan obsesionado con el descubrimiento que no paraba de investigar sobre geles, isotónicos, maltodextrina, carbohidratos de rápida absorción... Pero la pregunta del millón era: ¿Yo podré tomar estas cosas? ¿Me ayudarán a correr más rápido y así bajar de peso? No encontraba respuestas, ya que todos los productos que encontraba parecían estar formulados para deportistas que solo se ven en unas Olimpiadas.

Es en ese momento en el que dije; voy a investigar de qué manera se pueden crear productos de suplementación deportiva para gente común que está tratando de lograr objetivos extraordinarios.

Me puse manos a la obra y empecé con los correos, llamadas, cotizaciones y muchos vídeos en internet sobre el tema. Al cabo de un par de semanas me di cuenta de que había nacido un proyecto el cual no solo me daría trabajo, sino que me ayudaría a cambiar mi estado físico y lo más importante mi salud.

Armé el proyecto, registré la marca, diseñé la imagen e incluso ya tenía proveedores listos para empezar el desarrollo de los productos. Pero me topé con un gran problema; pueden estar pensado que era de dinero, de conocimiento o de formación en el tema. Pero el problema era meramente de autoestima, ¿quién le haría caso a un gordo que está intentando correr? Ese era mi gran dilema, cómo ser un referente en un deporte que practico hace 4 semanas.

La única opción era conseguir un socio, alguien que estuviera metido en el deporte de manera recurrente y que fuera referente para muchas personas. No me tomó mucho tiempo pensar en mi amigo Ricardo.

Él es un amigo de la universidad al cual no veía hace muchos años y con el que me reencontré el año pasado en un viaje a Madrid, tenía una afición por el running que, a simple vista de cualquier espectador que se dignara a visitar su perfil de Instagram, podría pensar que es un poco obsesiva. Pero dejando las bromas de lado, es una persona muy metódica y capaz que encontró en el deporte un estilo de vida que puede suplir todas las necesidades de una persona.

Así que fui a buscarlo con temor, ya que él es un corredor amateur con auspiciadores de renombre, un ingeniero industrial con un currículum impecable, un referente en la nutrición vegana, y yo un gordo con problemas de sobrepeso intentando entrar en un mundo al que en ese momento no pertencía.

Quedamos en Amateur Café, una cafetería especializada para runners, de la cual él también es socio y fundador. Cuando llegué no solo estaba Ricardo sino que también estaban sus compañeros del equipo de running. Todos en forma y comentando sus entrenamientos y carreras con términos que para mí en ese momento eran otro idioma.

Luego de pedirme un café americano, le presenté el proyecto a Ricardo, vimos algo de números, registros, prototipos de logos, empaques, etc. Estaba un poco nervioso ya que era la primera vez que le contaba el proyecto a una persona que sería el perfecto cliente y que tenía todas las credenciales para decirme que no era una buena idea o que era demasiado ajeno al deporte como para intentar sacar adelante el proyecto.

Mi sorpresa fue cuando lo único que escuchaban mis oídos eran cosas positivas y alentadoras sobre la idea. Era como si cada hora dedicada hubiera rendido fruto, y el proyecto estuviera terminado (jajajaja), pero era todo lo contrario, recién empezaba.

Luego de esa primera aproximación, solo necesité una segunda reunión con Ricardo para convencerlo de ser mi socio en este proyecto y empezar a trabajar.

Empezamos el desarrollo de los productos y yo me puse a trabajar en mejorar mi salud. Empecé a correr cada vez más seguido, conocí a fondo un deporte que jamás me hubiera imaginado conocer de esa manera y lo más bonito fue descubrir una comunidad de personas que más allá de competir, buscan motivar y acompañar a todo el que esté dispuesto a intentar correr más rápido y llegar más lejos cada día.

Hoy, luego de 9 meses, con 10 kilos menos y mucho trabajo, hemos lanzado nuestros 3 primeros productos y están increíbles. Son productos honestos, veganos y responsables para todo aquel que se quiera ponerse como meta descubrir qué tan lejos puede llegar en el deporte.

 

Diego Alvarez Maza
@diegoalvarezmaza

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